domingo, 13 de junio de 2010

Nieve

Un poeta y periodista viene desde Frankfurt, Alemania, a un pueblo de Turquía para averiguar la causa de los suicidios de varias jóvenes empañoladas; al menos, eso es lo que dice a quienes le preguntan. El poeta, cuyo seudónimo es "Ka", se aloja en el Hotel Nieve Palace, perteneciente al padre de una antigua compañera suya, Ípek, cuya belleza insuperable es díficil de imaginar para los lectores.

En la historia todo va bien: la configuración del personaje con sus miedos, su choque entre los valores orientales y occidentales, su deseo egoísta de felicidad y el conflicto interno rodeado de la violencia política; la descripción del pueblo olvidado con la memoria de las casas y lugares que otrora épocas tuvieron una historia gloriosa; el narrador omnisciente que termina siendo un personaje de la novela; los juegos entre el recuerdo y el presente; las metáforas de la nieve y las pequeñas historias que se abren en cada página como muñecas rusas.

Desgraciadamente y cuando ya está recorrida una parte del libro, empiezan a desarrollarse los acontecimientos frenéticamente. Parece como si entonces, estuvieramos asistiendo a una película de acción hollywoodense o a un melodrama barato en el que deja de haber una explicación para los sentimientos y acciones de los personajes. Es una lástima que la historia que venía desarrollándose con anterioridad de pronto se comience a agrietar; se elimina la profundidad en el tratamiento; hasta el tono de predestinación se arruina por los retazos sueltos. Por supuesto, este nuevo ritmo puede haber sido pensado para que el lector se emocione cerca del final; sin embargo, no todo tiene una conexión con el principio y se introduce además un tono sensiblero.

No he leído otras novelas del premio Nobel Orhan Pamuk que quizá sean mejores; vale la pena leer Nieve por la forma en que trata en los valores de la sociedad turca y sus contradicciones, pero, para ganarse un premio, merece antes una buena revisada.

Nieve
Pamuk, Orhan
Alfaguara, 2002.

martes, 23 de marzo de 2010

Invitación

Los invito a visitar mi página web de literatura oriental Gran Garabaña: www.grangarabaña.com. Allí encontrarán ensayos, reseñas, libros recomendados y traducciones.

domingo, 14 de febrero de 2010

Reino de tinieblas: Sobre héroes y tumbas

"Cada uno de los soldados al llegar al establo será alimentado con sus propias canalladas, convertidas en excremento real (no metáforico). Sin ninguna clase de consideración ni acomodos. Nada de que al hijito del señor ministro se le permita comer pan duro en lugar de su correspondiente caca. No, señor: o se hacen las cosas como es debido o no vale la pena que se haga nada. Que coma su mierda. Y más todavía: que coma toda su mierda".

Este es Fernando Vidal, personaje cruel y paranoico y, como se podrá notar, lleno de una rabia carcomedora porque odia a todo el género humano. Sin embargo, sus frases dan cuenta de la degradación que atraviesa toda la novela. Una ciudad de pesadilla con sus grúas dispuestas a picotear, sus ferrocarriles engullentes y soledades escondidas detrás de las ventanas. El pesimismo define las descripciones y las historias aparentemente fragmentadas que se combinan con los relatos sobre los héroes muertos en batalla, especialmente del líder de la independencia suramericana Juan Lavalle.

La ironía despiadada cautiva al lector, como en esta frase de Alejandra: "Molinari es un hombre respetable, un pilar de la Nación. En otras palabras un perfecto cerdo, un notable hijo de Puta".

La historia se divide en cuatro partes: El dragón y la princesa, Los rostros invisibles, Informe sobre ciegos y un Dios desconocido. Comienza cuando Martín cuenta a su amigo Bruno cómo conoció a Alejandra en una plaza y hace comentarios inconexos sobre ella. El tiempo de la narración se ubica durante la presidencia del socialista Juan Domingo Perón.

Sobre héroes y tumbas comienza con un tono lúgubre y casi fantasmagórico en que las repeticiones, la profecía y la fatalidad marcan cada frase. En la segunda parte el ritmo se apacigua y Sábato narra los encuentros y desencuentros de Martín y Alejandra; el amor, como en la novela El túnel, tiene matices de tragedia. Los recorridos de Martín y Alejandra (dos desarraigados) por parajes urbanos de descastados e inmigrantes como el polaco Vania; se detienen en los reductos de la glorias perdidas.

Sábato explora también el mundo de las obsesiones profundas de sus personajes, que los llevan a elegir un destino en el que no hay espacio para el azar. Las pesadillas de Alejandra y sus movimientos sonámbulos son metáfora de la patria desgarrada: "¿Qué es nuestra patria sino una serie de enajenaciones?"

Finalizo con el acertado comentario de Germán Espinosa en su colección de ensayos La Libre y la Luna: "La novela vive-felizmente-más ocupada con el Demonio que con el creador. Se mueve, al fin y al cabo, en las tinieblas del primero, en su reino de carne y de muerte".

Sobre Héroes y tumbas
Editorial Suramericana, 1987

domingo, 10 de enero de 2010

Palabras en el viento

"Pueblo pequeño, infierno grande"; parece ser uno de los refranes de esta historia en la que el tiempo se alarga de repente y hay una tragedia en lo exterior (los chismes, la defensa de la moral) y en el interior de sus personajes (el deseo de hacer algo por sí mismos, la amistad). Justin-el narrador- se enamora de la vida de su tía Dolly, un personaje especial y sutil, amante de las cosas diminutas, como las yerbas que acumula para hacer un remedio contra la hidropesía.

El relato está escrito en un ritmo más bien lento y concentrado en las descripciones que caracterizan al autor (su cabello daba la sensación de que acababa de meterse entre un barril de harina), las metáforas desbordantes (La lluvia se había espesado hasta tal punto que un pez podría haber nadado en el aire) y los comentarios irónicos del narrador: "Yo trataba de parecer apesumbrado y triste porque sabía que eso los complacía".

Ese tiempo mágico en el que pasan cosas extrañas como la llegada de una mujer predicadora con un montón de niñitos, evoca algunos relatos de Gabriel García Márquez; solo que la forma en que son contados capta ese universo de poblado sureño en el que todo se conoce por el chismorreo de la gente y hasta por las palabras que el viento arrastra como en un arpa inmensa. El arpa de hierba, por ese misterio de lo diminuto, evoca también la obra que Capote escribió a sus 23 años: Otras voces otros ámbitos.

El autor cuenta que en la búsqueda de la escritura se puso a reproducir lo más fielmente posible aquellas conversaciones que escuchaba todos los días y poco a poco, a través de ellas y de lo que le brindaban otras artes- fue encontrando su propio estilo. Ese proceso se nota en el empleo de los diálogos que captan voces tan enredadas como la de la india Katherine.

Las soledades de los personajes se encuentran en la casa del árbol, descrita como una especie de barca flotante. Esos momentos definirán un cambio espiritual en cada uno y quizás, en el lector.

El arpa de hierba
Capote, Truman

viernes, 1 de enero de 2010

La sencillez de un cuento

Myers, un inquilino de cara triste, se aloja en la casa de una mujer muy gorda y un hombre con un brazo dañado. Las miradas curiosas de la pareja al visitante solitario, el sonido de la televisión y los sueños de los durmientes crean un entorno que fluye a la par con los diálogos. "Leña"; este es el primer cuento de una serie de relatos escritos por Raymond Carver que quedaron sin publicar hasta después de su muerte. Su viuda, la poeta Tess Gallagher, con ayuda del editor de Carver, los publicó bajo el título de uno de los cuentos: "Si me necesitas, llámame".

En ¿Qué quereis ver? detalles pequeños como la limpieza de la casa, las mejllas encendidas de Betty y el anillo de matrimonio, envuelven con ternura el drama de una pareja que va a tomar su camino por aparte. Un tema que podría ser cursi es tratado por Carver de una forma tan sutil que deja los sentimientos al lector.

El siguiente relato es sobre lo que nosotros contamos semi-dormidos a quien duerme a nuestro lado: "Sueños" . En ellos y en las conversaciones se desarrolla la historia triste de la vecina Mary Rice hasta que nos topamos al final con una pregunta inquietante.

En Vándalos el conflicto es el pasado, los recuerdos y las conspiraciones del pensamiento. Los personajes de Carver son como un escritor, unos mirones constantes de los gestos de otros y eso se refleja en el narrador de este relato.

Y finalmente el último cuento, "Si me necesitas, llámame" repite el tema del matrimonio en crisis resuelto a través de la imagen de unos caballos blancos que surgen de la niebla.

Los cuentos de Carver, quien fue no solo narrador sino poeta, noquean a sus lectores en un momento inesperado y extraen de la cotidianidad una nueva magia, como expresa el mismo autor en este link http://www.literatura.us/idiomas/rc_escribir.html.


Si me necesitas llámame
Raymond Carver
Anagrama, Barcelona
2001