domingo, 12 de julio de 2009

Ebrio de mujeres y pintura

El pincel esparce la tinta negra en el agua y luego sobre el papel en movimientos lentos pero fuertes. Una kisaeng * le da licor a Hwon, quien se encuentra envuelto en un manto púrpura. A su alrededor, todos miran sus trazos con fascinación y asombro. Corea se encuentra casi a finales del siglo XIX. La dinastía Chosun- una de las más largas- , ha terminado. Algunas facciones del pueblo se resisten contra los invasores japoneses y la corrupción de sus mismos gobernantes.
Tras despotricar de las reglas artísticas y salir del lugar donde estaba pintando, Hwon (nombre adoptado para continuar el de su maestro) recibe a un emisario japonés. Él le pregunta cómo ha logrado pintar bien a pesar de su origen plebeyo. Desde ahí, comenzamos a conocer su vida , la infancia de pobreza, sus excesos con el alcohol y las crisis de rabia que lo hacían destruir sus propios cuadros y buscar el suicidio.
El manejo de la fotografía y la dirección de arte hacen que cada plano aporte al conjunto. Meláncolicos cantos de mujeres acompañan las escenas de soledad o desconcierto del artista. Hay hermosas tomas del paisaje. Su director dice que quiere mostrar a través de ellas "« cómo cambia la naturaleza a medida que avanzamos por la adolescencia, la edad adulta y la vejez». El ritmo es más bien lento y la actuación de Choi Min-sik logra captar al personaje en su esencia.
Muchas cosas pasan afuera. El país sufre por la lucha entre diferentes facciones, la masacre de cristianos y la entrada de extranjeros. Pero H-won y su arte perviven más allá de los enredos políticos. Eso sí, no puede pintar sin mujeres y sin vino. Y será él quien, con su propio estilo alejado de lo tradicional, logre transmitir el alma a la pintura como decía a sus alumnos: "Más importante que las pinceladas es lo que yace entre ellas".

Título: Ebrio de mujeres y pintura.Título original: Chihwaseon.Nacionalidad: Corea del Sur, 2002.Director: Im Kwon-taek.Intérpretes: Choi Min-sik, Yoo Ho-jung.

*Kisaeng: Mujer acompañante que se encargaba de entretener y sabía tocar instrumentos o tenía alguna habilidad artística. No siempre era prostituta, a menos que la necesidad la llevara a ella.